[¿Viaje nunca realizado?]
- ¿Naufragios? No, nunca estuve en ninguno. Pero tengo la impresión de que en todos mis viajes naufragué y que mi salvación estaba escondida en lapsos de inconsciencia.
- Sueños vagos, luces confusas, paisajes perplejos - he ahí lo que me resta en el alma de todo lo que viajé.
Tengo la impresión de haber conocido horas de todos los colores, amores de todos los sabores, ansias de todos los tamaños. Desbordé la vida y nunca me basté ni me soñé bastándome.
- Necesito explicarle que realmente viajé. Y si bien todo me sabe a haber viajado, nada me dice que he vivido. Llevé de un lado a otro, de norte a sur... de este a oeste, el cansancio de haber tenido un pasado, el hastío de vivir un presente, y el desasosiego de tener que tener un futuro. Sin embargo, a fuerza de empeñarme tanto, me agoto en el presente, aniquilo dentro de mí el pasado y el futuro.
- Caminé a orillas de los ríos cuyos nombres me encontré ignorando. Sentado a la mesa de cafés de ciudades visitadas, descubrí que todo me sabía a sueño, a vaguedad. ¡Llegué a creer, a veces, que seguía sentado a la mesa de nuestra casa antigua, inmóvil y deslumbrado por sueños! No puedo asegurarle que eso no sea cierto, que no siga allí ahora todavía, que todo esto, incluyendo esta conversación con usted no sea falso y aparente. ¿Usted quién es? Para colmo de los absurdos también esto es inexplicable...
Fernando Pessoa como Bernardo Soares
del Libro del desasosiego, editorial emecé, pag. 484
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