Amor bajo el espino blanco




“¡Oh, dulce espino, brotes blancos en tus ramas!
¡Ah, querido espino! ¿Por qué estás tan atribulado?
¿Cuál es el más valiente? ¿Cuál es el más hermoso?
Oh, te lo suplico, espino, dime cuál es.”


—¿Dónde está el espino?

—Allí —dijo Zhang, y señaló un árbol no muy distante.

Jingqiu vio un árbol que no tenía nada de extraordinario, de seis o siete metros de alto. El aire todavía era frío, por lo que no solamente no habían aparecido todavía las flores blancas, sino que en las ramas no había ni una hoja verde. Jingqiu se sintió decepcionada; la canción le había dibujado una imagen mucho más poética y seductora. Mientras escuchaba la canción de «El espino» se imaginaba una escena en la que dos jóvenes apuestos se encontraban debajo del árbol esperando a su amada.

Una joven, ataviada a la manera de las mujeres rusas, caminaba hacia ellos en un crepúsculo teñido por el arco iris. ¿A cuál elegiría?

Jingqiu le preguntó al señor Zhang:

—¿Ese árbol tiene flores blancas?

Esa cuestión pareció despertar algo en el interior del viejo Zhang.

—¡Ah, ese árbol! Originariamente las flores eran blancas, pero durante la guerra contra Japón innumerables jóvenes valientes fueron ejecutados debajo de él, y su sangre regó la tierra en sus raíces. Desde aquella época las flores de este árbol comenzaron a cambiar, y ahora son todas rojas.

Ai Mi, fragmento de Amor bajo el espino blanco.

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