Tarde a solas

Tarde a Solas

Vacía la casa donde tantas veces
las palabras incendiaron los rincones.
La noche se anticipa
en el piano mudo
que nadie toca.
Voy a solas desde un recuerdo a otro
abriendo las ventanas
para que tu nombre pueble
la mísera quietud de esta tarde a solas.
Ya nadie inmoviliza las horas largas y cerradas
a toda dicha mía.
Y tu recuerdo es otra casa
        grande y quieta
por donde yo tropiezo sola.
Y mis latidos forman una hilera de pisadas
que van desde su puerta hacia el olvido.

Norah Lange en Los Días y Las Noches, 1926.

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