Bordes



Bordes


Restos de mí
sobre la mesa:
el teléfono suena equivocado
corta la noche en pedacitos
cada vez más cortos
cada vez.
Nada es posible
sobre ese filo que cae.
Sólo dormir para olvidar
la página en blanco
el cuerpo disparado
tenso como flecha
hacia el borde de su brazo
(fuego en la mecedora
de la noche):
ninguna señal
llega de su aire
brillo perdido
del silencio.

Delfina Muschietti en Enero, 1999.

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